GRACIAS POR TANTO

La inspiración para ‘Gracias por Tanto Amor’ nació en un momento de profunda reflexión y nostalgia. La vida nos enseña que el amor puede manifestarse de muchas formas, y en mi caso, fue a través de la incondicionalidad de un compañero peludo: mi perro. Al perderlo, sentí que la casa se llenaba de un silencio ensordecedor, un eco vacío que resonaba en cada rincón.

Esa soledad palpable… Cuando la casa se siente más vacía, es difícil no buscar los vestigios de lo que una vez fue. Cada sombra parece esconder una memoria, y mi corazón anhela rastrear esos momentos felices, esos instantes en los que su energía llenaba el espacio. Esa imagen de su collar colgando en la ventana se convirtió en un símbolo de su presencia y su ausencia, un recordatorio tangible de un amor que fue profundo y sincero.

El viento, como siempre, es un mensajero. En mis paseos solitarios, me encontraba con la brisa susurrando su nombre, y sentía que, de alguna manera, él nunca se había ido del todo. El chasquido familiar de sus patas corriendo por la casa era algo que no podía ignorar. Así, el coro fue una celebración de todo lo que compartimos: cada ladrido, cada abrazo. Agradecerle por tanto amor se volvió una necesidad, un ritual de sanación.

El segundo verso refleja la lucha con el paso del tiempo. Las huellas que dejó en el suelo eran como un mapa de nuestro viaje juntos, y a medida que el tiempo avanza, les doy un nuevo valor. Aunque las marcas se borran, cada una está grabada en mi corazón como un tatuaje, un testimonio de su amor incondicional. Me di cuenta de que la vida sigue, pero esa parte de mí que compartí con él siempre permanecerá.

En el pre-coro, mi corazón se llena de esperanza. A pesar de la tristeza de su ausencia, hay una comprensión profunda de que él está corriendo libre en un lugar mejor. Esa certeza me da paz. El deseo de volver a reunirme con él, de sentir su alegría nuevamente, es un hilo conductor que entrelaza la tristeza y la gratitud.

"Gracias por Tanto Amor" es una canción de amor y despedida, un tributo a la conexión que hemos tenido con nuestras mascotas, que nos enseñan más sobre el amor que muchas veces los humanos no pueden. Invito a todos a compartir su propia historia de amor y pérdida, a recordar que aún en la tristeza hay espacio para la gratitud. Nos vemos al otro lado, al otro lado del arco iris, donde el amor nunca se apaga y siempre brilla.

LUNA ETXEGARATE.

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